Parecería que el avance del proceso de vacunación, así como el aumento del gasto de consumo de la población, anticipan un último trimestre del año con un desempeño favorable en la mayoría de los indicadores que tienen que ver con el mercado interno.
Esto está presente tanto en las compras en las tiendas como en el consumo de restaurantes o en los gastos de hospedaje. Salvo que existan factores que alteren la tendencia, el consumo seguirá aumentando. Parece que el efecto negativo de la tercera ola se está quedando atrás. Otro indicador oportuno que se puede observar es el de la movilidad.
Según datos proporcionados por el gobierno de la Ciudad de México, por ejemplo, en el caso del tráfico vehicular, desde septiembre hay días en los que su volumen ya se encuentra por encima de los niveles prepandémicos.
En otras ciudades mexicanas, como Guadalajara y Monterrey, la tendencia es aún más clara, según los datos de Apple Mobility Trends. Además de las tendencias comerciales y productivas que hemos descrito, también existe el riesgo de que estemos ante una situación de nerviosismo financiero derivado del cambio en la política monetaria estadounidense.
Entonces, como puede ver, el panorama económico es complejo y, más allá de algunas buenas noticias, nos espera un cuarto trimestre bastante turbulento.